La Palabra de Dios declara: “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre” (1 Ti. 2:15). Todo lo que ha hecho Dios para salvar a su pueblo de sus pecados en la Persona y obra de su Hijo se resume en la palabra mediador. Esta se refiere a las glorias del Cristo que es nuestro Profeta, Sacerdote y Rey. Cristo el Mediador era en un tiempo una expresión común entre el pueblo de Dios y un tema frecuente de sermones y libros entre los pastores.
El puritano Thomas Goodwin escribió un tomo entero sobre el tema. En cambio, esto no sucede en el cristianismo actual. En vista de esto, estoy considerando la posibilidad de dedicar un número entero en los próximos años a cada oficio de Cristo: Profeta, Sacerdote y Rey. ¿Para qué? Para que los hijos de Dios amplíen su comprensión de la gracia y el conocimiento de nuestro Señor. El anhelo de nuestro corazón es que todos nuestros lectores adoren y sirvan a Jesucristo con un fervor siempre creciente al disfrutar de su Persona y su obra.
De la misma manera, porque tantos predicadores leen el Portavoz, ansiamos ver a una generación nueva de predicadores y maestros que proclamen las glorias de esta gran salvación a través del único Mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre. Quiera el Señor, nuestro Dios soberano, usar esto para inspirar a muchos de ustedes a predicar una serie sobre este tema tan importante.
Abundan tantas obras excelentes del pasado, por lo que decidir qué artículos incluir fue realmente difícil.
Thomas Watson y Thomas Boston aportan excelentes introducciones al tema; Charles Spurgeon predica sobre la importancia vital de un Mediador y, página tras página, John Gill se explaya sobre la plenitud de Cristo el Mediador. De seguro que estos nombres son conocidos para la mayoría de nuestros lectores. En cambio, William Whitaker (1547-1595) puede ser nuevo para algunos. Su extenso sermón es virtualmente un curso de Cristología. Aunque a algunos nos parezca un poco técnico, su mensaje es digno de ser estudiado con cuidado.
Whitaker fue un teólogo famoso en su época, más conocido por su defensa de la Escrituras en su obra A Disputation on Holy Scriptures against the Papists (Una disputa con los papistas sobre las Sagradas Escrituras), especialmente Bellarmine y Stapleton. Según dicen, Bellarmine el jesuita tenía un retrato de Whitaker en su despacho. Cuando le preguntaron el motivo respondió que Whitaker era el hereje más erudito que había leído jamás.
