No era sólo la corona lo que estaba en juego... también lo estaba su corazón
La doctora Kate Milner no podía dejar de mirar al rey de Doriana y pensar en la química que había habido entre ellos en la universidad. Años después, estaba trabajando en su clínica y deseaba con todas sus fuerzas poder despojarlo de su atuendo real y descubrir al hombre que había conocido en otro tiempo.
El recién nombrado monarca se enfrentaba a un gran dilema: ¿debía dejarse llevar por lo que sentía por Kate... y convertirse en presa de los periódicos sensacionalistas, o comportarse como un hombre de estado?