Otra invitación de cantos dorados apareció en el buzón de Eve Pemberton pero, en lugar de asistir sola como siempre hacía, en aquella ocasión la práctica mujer de negocios buscaría una pareja falsa. El multimillonario Bryce Gibson era casi una cita de ensueño. Sólo había un problema: era el hombre que le rompió el corazón a Eve cuando era adolescente.En la pista de baile, Eve y Bryce resultaban una pareja convincente… pero ella corría el peligro de enamorarse otra vez de su primer amor.