Miranda Grenville era una superviviente, una belleza independiente y orgullosa. De vacaciones en una remota isla paradisíaca, se vio sorprendida por un terremoto y, atrapada bajo las ruinas de un antiguo templo, descubrió que no estaba sola: el arqueólogo Nick Jago estaba atrapado con ella.
En esa situación se vio obligada a depender de alguien, algo que iba contra su naturaleza, pero, a pesar de no querer confiar en él, empezó a sentir algo por aquel aventurero.