Mientras el heredero al trono continuaba en paradero desconocido, la princesa Ariane se ofreció para infiltrarse en el palacio de Rhineland y obtener información sobre un grupo de personas que se rumoreaba querían hacerse con el control de St. Michel. Su inteligencia y el amor que sentía por su país, por no hablar de su enorme belleza, hacían de ella la candidata perfecta para llevar a cabo aquel trabajo. El problema surgió cuando ella y el joven e irresistible príncipe Etienne se hicieron compañeros inseparables y todo el mundo empezó a pensar que entre ellos había algo más que amistad. ¿Quería eso decir que el príncipe había encontrado por fin a su futura esposa? Si así era, ¿qué ocurriría cuando descubriera que Ariane había sido despojada de su título?