En cuanto Olivia volvió a ver a su marido, Dimitri Angelaki, la pasión ardió de nuevo entre ellos. Ella quería el divorcio, pero el magnate griego puso una condición: durante una temporada Olivia debía fingir que era su adorada y encantadora esposa…
El acuerdo solamente beneficiaba a Dimitri, y Olivia le dejó claro que detestaría cada minuto que pasaran juntos a la fuerza. Pero en su interior aún amaba a su marido. Y cuando volvió a estar en su cama… fue como si volviera a ser su mujer.