La doctora Bennett no podía desaprovechar la oportunidad de trabajar en la mansión Clinique. La casa había pertenecido a su abuela, y sus recuerdos en ella eran de las vacaciones de verano en que andaba de un lado para otro con Pierre, un chico al que adoraba. Fue una sorpresa y un placer descubrir que el director de la clínica era Pierre. Pero trabajar juntos no era fácil debido a la profunda atracción que sentían el uno por el otro. Y la presencia de su ex mujer en la clínica tampoco ayudaba...