Una novela divertida y profunda a un tiempo, y con un elemento de suspense que explora con maestría los temas que desde siempre han preocupado a la autora: el amor, la amistad y la perversa frontera que separa el bien y el mal.
El eco de un tiro en los despachos de Whitehall, el complejo administrativo que el gobierno inglés posee en el centro de Londres, no anuncia tan solo la extraña muerte de un alto funcionario, sino también el principio de una sutil intriga.
Kate y Octavian, jefe del departamento donde trabajaba el difunto, forman un matrimonio aparentemente feliz que alberga en su casa de Dorset a un extravagante grupo de personajes: un excéntrico tío que abandonó la India bajo sospecha, un atormentado amigo superviviente de Dachau, el abogado responsable del caso y amante platónico de Kate, hijos de distintos matrimonios, conocidos, visitantes ocasionales...
Y todos ellos relacionados de un modo u otro con el muerto en una deliciosa comedia de errores, donde las sonrisas esconden a menudo pecados de mucha hondura.
Reseña:
«Un originalísimo mundo novelístico de una interminable seducción.»
El País