Cuando Lea Curran se quedó embarazada por accidente, decidió seguir adelante ella sola. Reilly Martin, estrella de los rodeos, no era la clase de hombre que querría verse atado por un hijo. Pero cinco años después, Lea necesitaba confesarle su secreto… Para Reilly, descubrir que era padre era una sensación agridulce… porque su pequeña luchaba por sobrevivir y la única esperanza de la niña era tener un hermano.