El viudo multimillonario Nick Valentine debería haber imaginado que la nueva niñera de su hija Jennie era demasiado buena para ser verdad. Y cuando Candace Morrison le reveló sus intenciones con respecto a Jennie, Nick estaba preparado. Aquella embaucadora, por guapa y sexy que fuera, iba a recibir su merecido. Aunque ella no era la responsable, Candace sabía que Nick había sido engañado. Y, aunque le sorprendía la respuesta de su jefe a la verdad, y a la innegable atracción que había entre ellos, no se detendría ante nada para demostrar lo que sabía sobre Jennie, la heredera de Nick Valentine.