Una vez que se recuperara, ya no la necesitaría... ¿o quizá sí?
Por mucho que estuviera herido, el marine Rick Wyatt no necesitaba ninguna enfermera, y menos aún a Kate, la esposa de la que se había separado. Tenerla tan cerca, cuidándolo, no hacía más que despertar el recuerdo de todo lo que habían compartido en otro tiempo... en el dormitorio y en el resto de la casa. Kate había acudido a ayudarlo a recuperarse para que pudiera volver al trabajo, ¿por qué entonces no podía dejar de pensar en lo bien que se estaba sin el uniforme?
Kate nunca había dejado de amar a Rick, pero no podía estar con un hombre que resultaba tan difícil de alcanzar como la cima del Everest. Sólo la necesitaba hasta que se recuperase... así que no podía volver a enamorarse de él.