Especial. Cuando Griffydd DeLanyea desembarcó en Dunloch, pensaba que su estancia no duraría más de quince días. Pero Diarmad MacMurdoch, el hombre al que había ido a ver, no estaba sólo interesado en una alianza comercial…
Griffydd siempre había pensado que las cosas buenas les pasaban a aquéllos que sabían esperar y, ya fuera en la guerra o en el amor, prefería proteger sus sentimientos, pero jamás había deseado nada tanto como deseaba a la hija de Diarmad, Seona…